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La mujer maravilla, hija del BDSM y el poliamor

Judith Flores Mujer lesbiana, periodista y activista LGBTTTI

 

En octubre próximo de este 2020 se estrenará la película La mujer Maravilla 1984, cinta en la que Diana Prince, se reencontrará con su primer amor, Steve Trevor, tendrá que salvar al mundo de un presidente trastornado por el poder y se enfrentará a Cheeta, una mujer-felina cuyo carácter está dominado por su inestabilidad mental y la envidia que siente por Prince. Lejos, muy lejos quedaron los años 40 cuando el psicólogo William Moulton Marston dio origen a este personaje ficticio para mostrar al mundo sus convicción de que las mujeres debían gobernar al mundo porque “son más honestas y efectivas que los hombres”. Pero además, la historieta de la superheroína fue un medio para exaltar y promover la practica del BDSM (Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo) y mostrar lo erótico del control mental. De lo anterior se da cuenta en la película estadounidense The Professor Marston and the Wonder Women, estrenada en 2017 y traducida equivocadamente como El Profesor Marston y la Mujer Maravilla. Y es que el nombre en inglés en realidad hace referencia a “las mujeres maravilla”, como consideraba el académico a Elizabeth Holloway, su esposa, y Olive Byrne, pareja poliamorosa de ambos, quien les ayudaría en la invención del detector de mentiras y en la investigación sobre la teoría DISC (Dominio, Influencia, Sumisión, Conformidad a Normas) de William sobre las interacciones humanas.

Pese a ser rechazado por varias editoriales, Martson persistió y logró la publicación de la primera historieta de la Mujer Maravilla (MM) en 1941. Desde entonces y a lo largo de 79 años de existencia, el personaje ha ganado, perdido y recuperado una decena de superpoderes y herramientas que le han ayudado a combatir a sus enemigos. La espectacularidad de las historietas fue engrandecida no solo con la serie televisiva (1975-1979), sino también con las películas hechas en los últimos doce años. Sin embargo, las modificaciones de DC Cómics a las características de la Amazona se inclinan hacia una visión conservadora, patriarcal y heteronormada. Pero hablemos un poco más de las características de MM. Entre sus herramientas están los brazaletes, su diadema, el lazo de la verdad, un avión invisible y hasta el mazo de Thor; ha tenido tres parejas Steve Trevor, Superman y Batman; y se ha enfrentado a decenas de monstruos, enemigos y animales; también fue candidata presidencial de los Estados Unidos, pero no gano. En tiempos más recientes apoyó los matrimonios del mismo sexo al oficiar una boda entre dos chicas e incluso, en su 75 Aniversario (2016) se convirtió al personaje en embajadora honoraria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a cuyo nombramiento asistieron Linda Carter y Gal Gadot, dos de las actrices que exitosamente le dieron vida en televisión y en el cine a la heroína nacida en la Isla Paraíso.

A pesar de que MM llegó a romper el modelo de la mayoría de los cómics de su época que retrataban a sus personajes femeninos siempre en necesidad de ser salvadas, su impacto fue tal que en su primer año de publicación se vendieron 500 mil historietas y para finales de 1942 MM ya se había ganado un lugar a la par de personajes como Superman, que por ejemplo había surgido tres años antes, en 1938, también con mucho éxito. Las historietas y los personajes con habilidades extrahumanas alimentaban las fantasías de las y los lectores quienes necesitaban entretenimiento y esperanzas de una mejor vida en medio de la Segunda Guerra Mundial.

En 1943, Marston afirmaba: “ Ni siquiera las niñas quieren seguir siendo niñas si nuestro arquetipo carece de fuerza, poder y fortaleza. Al no querer ser niñas es no querer ser suaves, tiernas, amorosas y pacíficas como son las mujeres consideradas buenas. Las cualidades fuertes de las mujeres han sido despreciadas por sus debilidades. El remedio obvio es crear un personaje femenino con toda la fuerza de Superman más todo el atractivo de una buena y hermosa mujer”. Y en otra ocasión dijo: “Francamente, la Mujer Maravilla es una propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujer, que creo, debiera regir el mundo”.

DC Comics también desapareció de las historietas de MM la referencia explícita al BDSM. Marston, Elizabeth y Olive eran practicantes activos y por ello al psicólogo se le hizo lo más natural incluir el tema en el cómic, tal como se muestra en la película The Professor Marston and the Wonder Women. Además el acto de amarrar o colocar cadenas a MM no era para promover su sometimiento sino para ejemplificar que en estado limitado o restrictivo, la mujer se debilita y por eso debe ser liberada. Para Marston las mujeres en todo el mundo estaban oprimidas por ello era importante mostrar que habría que romper las cadenas para entrar en un nuevo nivel de conciencia.


No obstante, su mensaje no fue comprendido ni bien recibido. De hecho hasta la fecha el BDSM es considerada una práctica perversa donde el único fin es el dolor, cuando en realidad se trata de juegos sexuales en los que la confianza, el conocimiento mutuo y la comunicación son indispensables dado que lo que hagan en una sesión tiene normas claras establecidas previamente bajo mutuo acuerdo. “No se puede tener un verdadero personaje femenino en ninguna forma de ficción sin tocar las fantasías eróticas de muchos lectores. Lo cual es estupendo, según creo. Las fantasías eróticas inofensivas son fabulosas. Son las viles las que hay que vigilar, las fijaciones eróticas perjudiciales, destructivas y mórbidas, el sadismo real, el asesinato, el sangrado, la tortura donde el placer está en el dolor real de la víctima, etc. Son 100 por ciento detestables y no voy a meter ninguna de ellas en las historias”, expresaba Marston.


Se estima que la triada Marston también se acercó al BDSM en su trato tanto con Marjorie Wilkes Huntley, quien entintaba los dibujos de MM y habría enseñado a William, Elizabeth y Olive juegos eróticos y roles, como con las visitas a la tienda de lencería bedesemera, fotos y publicaciones de arte de Charles Guyette, pionero del fetichismo en Nueva York. Marston y Olive estaban más interesados en los guantes de ópera, botas fetiche hechas bajo pedido, corsés y G-strings (micro tangas). Elizabeth dudó en un inicio, pero lo pensó mejor cuando miró a Olive vestida con accesorios que incluirían en sus encuentros sexuales y a futuro serían la base de la vestimenta de MM.



Por otra parte, las cadenas en MM seguramente estaban relacionadas con el significado de éstas para el movimiento feminista estadounidense. Olive Byrne era sobrina de Margaret Sanger, una de las principales activistas a favor de los derechos reproductivos de las mujeres. Sanger incluso fue encarcelada por repartir anticonceptivos e impresos en los que utilizaba como símbolos las ataduras y las cadenas rotas, estas últimas eran un icono de unidad entre todas aquéllas que lucharon por el voto femenino en el vecino país del norte y que en 1917 se encadenaron a las rejas de la Casa Blanca.

Aspecto importante en la vida de William, también catedrático e investigador de la Universidad de Harvard, fue el estudio y desarrollo del detector de mentiras que funcionaría mediante el monitoreo de la presión sanguínea, la respiración y el pulso de las personas. La hipótesis por confirmar era que las variables corporales mencionadas se modificaban si la persona no decía la verdad acerca de preguntas sobre temas significativos. Marston comenzó sus experimentos en 1915 con el alumnado de la universidad y nunca quiso patentar su invento porque su pensamiento era dar una herramienta abierta al público en general para el estudio de la reacción humana. Además no alcanzó a desarrollar completamente el aparato que haría esas mediciones, porque Marston y Elizabeth fueron despedidos en cuanto se supo de la relación poliamorosa entre el profesor, su esposa y su ex alumna convertida en asistente.

Quien sí logro desarrollar un aparato que midiera la presión arterial y la respiración fue el médico y policía John Augustus Larson de la Universidad de California quien utilizó el detector de mentiras en el Departamento de Policía en Berkeley, aunque él tampoco patentó el aparato. Pero quien sí lo patentó en 1931 fue el discípulo de Larson: Leonard Keeler, quien dio un paso más en el perfeccionamiento del detector de mentiras al hacerlo portable y con capacidad de detectar reacciones de la piel y monitorear la presión arterial.

Paradójicamente, el Emotógrafo, como lo registró Keeler, fue destruido en un incendio pero Leonard se las ingenió para hacer uno nuevo con fondos de la Western Electro Mechanical Company que en adelante construyó y vendió el aparato a los departamentos de policía de todo el país. Asimismo, en 1948, Keeler fundó el Instituto de Polígrafo Keeler en Chicago. Y lo demás es historia, el detector de mentiras de Marston fue perfeccionado y fabricado a gran escala, al grado que por ejemplo en las estadísticas anuales de 2018 del gobierno estadounidense se reportó la aplicación de 2.5 millones de exámenes con polígrafo a paramédicos, policías federales y estatales, además de bomberos, entre otros.

Elizabeth Olive

El trabajo con el polígrafo ayudó también a Marston a avanzar en sus preceptos sobre la conducta humana. Para el investigador, las personas se comportan en torno a dos ejes: de manera pasiva o activa y según sea su percepción del entorno como favorable o antagonista con cuatro efectos posibles : 1) Dominación, una actitud activa en un ambiente antagónico,2) Influencia, una actitud activa en un ambiente favorable, 3) Sumisión, una actitud pasiva en un ambiente favorable y 4) Conformidad a normas, genera pasividad en un ambiente antagónico. Estas categorías tenían como objetivo desarrollar una escala para medir la manera en que las personas dirigen su “energía mental” dentro de esos cuatro parámetros y todo en personas comunes, es decir no psicóticas o pacientes con alguna enfermedad mental.

Sin duda hay muchos otros detalles del personaje de MM y la vida y obra de la familia Marston, que no alcanzaría este espacio para exponerlos, pero sí mencionaremos que en México se le conoció como Marvila, La Mujer Maravilla en su nombre de heroína y como Diana Perez, en su personalidad cotidiana. Editorial Novaro imprimió 313 ediciones bimensuales a color de 1955 a 1983. Y finalmente, tras la muerte del psicólogo, Elizabeth y Olive continuaron su vida en común y la crianza de sus cuatro hijos hasta la muerte de Olive en 1985, mientras que Elizabeth murió a la edad de 100 años, en 1993.




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